Powered By Blogger

domingo, 28 de abril de 2013

El patito feo

Erase una vez una pequeña y bonita granja que se encontraba en una llanura con un enorme estanque de aguas cristalinas. Los granjeros eran un matrimonio ya mayor que ya no podían mantenerla como antaño, pero que seguían cuidando de sus animales y su cosecha.
Era primavera y había mucho revuelo porque casi todas las hembras habían tenido o estaban a punto de tener sus crías. La yegua había tenido ya un precioso potrillo, la vaca dos terneritas, la oveja estaba esperando a que llegasen de un momento a otro sus corderos y la pata no se separaba de sus huevos esperando a que empezasen a romper el cascarón.
Y no se hicieron esperar más. De repente la mamá pata empezó a notar como sus patitos se movían dentro de los huevos y los golpeaban para romper las cáscaras. Poco a poco y uno a uno fueron sacando primero una pata, luego otra, luego el pico y así y con ayuda de su madre fueron saliendo uno detrás de otro. El papá pato miraba atentamente y muy nervioso como iban naciendo sus hijitos y cada vez que salía uno se acercaba a mirarlo y a hacerles una caricia con el pico. Estaba muy orgulloso. 
Los patitos saludaban a sus flamantes papás con un "cuac, cuac" suave y tierno. Pero había un huevo que no se movía. Era un poco más grande que los otros y la pata se lo había encontrado abandonado un día que había salido a buscar comida. Lo había recogido con cuidado después de escuchar que la cría de dentro estaba viva y lo había llevado a su nido para incubarlño con los suyos. 
Y ahora que había llegado el momento del nacimiento estaba un poco preocupada porque en realidad no sabía de que especie era y a su marido no le había hecho mucha gracia la intrusión. Pero ella le había convencido de que no podían dejarlo allí solito porquer serviría de alimento para algún depredador. 
Reunió a todos sus patitos a su alrededor y mientras les daba de comer se sentó  y decidió que no se movería de encima de ese huevo hasta que la criatura que había dentro decidiese salir.
Y así se quedó hasta que el sueño le venció y acurrucada entre sus patitos y papá pato durmió profundamende hasta el amanecer. 
Justo cuando salía el sol y el gallo cantaba su potente kikirikiiiiiiiiiiiiii para despertar a todo el mundo, unos suaves golpecitos dentro del huevo hicieron que la pata se levantara. La gallina, muy cotilla ella, avisó corriendo a todo el mundo, que se fueron agolpando alrededor del gran protagonista.
Este, como los otros patitos habían hecho el día anterior, sacó una pata, luego otra, luego un poco el pico y por fin la cabeza a la vez que emitía un estruendoso "cuoooooooooooc" que dejó toda la granja en silencio. 
Era un pato grandote y muy feo. Todo el mundo se quedó mirándolo perplejo porque nunca habían visto una cría de pato así. 
El patito terminó de quitarse toda la cáscara de encima y se apresuró a acurrucarse bajo el ala de su madre asustado. Era muy torpón andando y se tropezó unas cuantas veces, lo que provocó unas risas colectivas.
Mamá y papá pato miraban al patito con lástima porque le habían cogido cariño pero algo les decía que iba a traerles problemas... 
Y así fué...Fueron al estanque para enseñarles a nadar pero él se caía todo el rato por el camino, sus hermanos se reían de él y en el agua las cosas aún fueron peores porque nadaba peor que andaba. 
Todo el mundo le miraba con cara rara y se reían sin disimulo. El patito que al principio no se daba cuenta empezó a sentir que aquello no era normal y que si todo el mundo le miraba así era porque era un bicho raro.
Aquello le puso muy triste y fue a preguntarle a su madre porqué no se parecía a sus hermanos. Se había visto reflejado en las aguas del estanque y era mucho más grande y no tenía el mismo color. Además los sonidos que emitía eran también diferentes. 
Mamá pato se sentó con él apartándose de los demás y le contó la verdad. Que no era su hijo de verdad, que lo había encontrado y que no tenía ni remota idea de que es lo que era. Pero también le dijo que a ella no le importaba, que para ella era un hijo más porque así lo había incubado y había esperado a que naciera. Que ella le ayudaría a ser como los demás y a que poco a poco le aceptasen. 
Pero pasaban los días y el patito no se integraba, no podía andar como los demás, ni nadar, y su voz tampoco mejoraba. Era el hazmerreir de la granja y en los ojos de sus padres sólo veía tristeza. Por eso pensó que lo mejor era quese fuese de allí y viviese su vida solo.
Y por la mañana, nada más salir el sol, cogió algo de comida y se puso en marcha por el camino que iba paralelo a la carretera por donde el granjero iba al pueblo.
Durante su viaje se cruzó con dos pavos, que le llamaron feo, unos cerdos que se rieron de lo torpe que era...y así todo el día. Cuando llegó la tarde estaba agotado y hambriento, así que en cuanto vió un sitio donde resguardecerse, decidió parar a descansar. 
Encontró una casita en un campo donde había granero que pensó que sería un buen refugio.Se acercó despacio sin hacer mucho ruido para no llamar la atención y entró. Había un montón de paja amontonada que le serviría de colchón y unas sobras de comida en un rincón que serían su cena.
Cuando acabo de comérselas se quedó profundamente dormido.
Al día siguiente le despertó una voz aguda femenina que le preguntaba de donde había salido.
- Estoy buscando a alguien que sea de mi especie o la conozca para que me diga que soy.
La voz era de una oca que hablaba con su hermana y ambas le dijeron que quizás ellas podían ayudarle.
El patito dió un salto y echando a correr les dijo:
-Si? pues vamos, vamos...no hay tiempo que perder.
Anduvieron los tres un rato no demasiado largo y llegaron al estanque más grande que el pato había visto. En realidad era un lago, pero él no lo sabía...
-Quédate aquí y verás como viene alguien a ayudarte, dijeron las ocas.
Y el patito feo se quedó sentado a la orilla del lago, esperando. Pero pasaron las horas y allí no venía nadie, así que empezó a pensar que las ocas se habían reido de él. Y ya no pudo más y se echó a llorar.
Y cuando ya había perdido toda esperanza, oyó una voz que le preguntaba:
-Que te pasa? Porque lloras?
-Porque todo el mundo se ríe de mí. Soy el pato más feo y más desgraciado del mundo, contestó él sin parar de llorar.
-Feo? Pues a mi me pareces un cisne muy bonito, contestó la voz
El patito nunca había oído hablar de los cisnes, así que se sorprendió bastante y al ir a levantar la cabeza vió reflejados en el agua del lago a un montón de patitos que eran exactos a él.
-Cisne? Que es un cisne?, pregunto con los ojos como platos.
Y de entre los pequeños cisnes se abrió paso lo que al patito le pareció el ser más bello que había visto.
-Tú, pequeño mío. Y no se de donde sacas que eres feo porque eres guapísimo y vas a ser un elegante y bello csne cuando crezcas.
El patito, bueno el cisne, sonrió y alargó el ala para agarrarse a la que extendía la cisne. Y en cuanto estuvo en el agua, sus nuevos amigos le enseñaron a nadar  y lo que era mejor, a volar.
Pasó el día con ellos y le contaron que las dos ocas habían avisado a su madre de que pensaban que había un pequeño cisne perdido cerca del lago.
Y nuestro amigo fue adoptado por mama y papá cisne y vivió feliz junto a sus hermanos, paseandose por toda la comarca mostrándose orgulloso de lo que era...Un bello cisne.
Y colorín colorado...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Otros cuentos que te gustarán

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...